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Fernando Pessoa, figura fundamental de las letras portuguesas y gran esoterista |
Por C. de Lavarello,
Presidente del Institut d'Études Symboliques de Genève
Introducción
Pocos conocen que, más allá de sus heterónimos y su legado literario, Fernando Pessoa concibió la creación de una orden esotérica secreta, inspirada en los antiguos caballeros templarios. Este proyecto, nunca fundado oficialmente, revela el profundo interés del poeta por la tradición oculta occidental y su deseo de encarnar una renovación espiritual del mundo moderno desde Portugal. En el corazón de esta visión, estaba su llamada Ordem dos Cavaleiros Templários Espirituais.
Pessoa y el esoterismo
Desde sus años de juventud, Pessoa se sumergió en el estudio de:
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la astrología (llegando a levantar decenas de cartas astrales);
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el ocultismo cristiano y la rosa cruz;
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el hermetismo renacentista;
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el sebastianismo místico y la idea del Quinto Imperio lusitano.
Entre sus heterónimos, uno de los más reveladores es Raphael Baldaya, supuesto astrólogo y autor de textos que exploran la estructura esotérica del universo y la misión espiritual de Portugal. Baldaya debía ser una de las figuras doctrinales de la futura Orden.
La Orden Templaria Espiritual
Nombre y origen
El nombre que aparece en sus manuscritos es "Ordem dos Cavaleiros Templários Espirituais". Pessoa no pretendía fundar una orden militar ni política, sino una fraternidad iniciática, heredera del conocimiento oculto de los templarios, los rosacruces y los sabios antiguos. Este plan fue probablemente concebido hacia 1929–1930, en plena madurez espiritual del poeta.
Finalidad
La finalidad principal de la Orden era triple:
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Custodiar una tradición secreta de sabiduría universal, enraizada en la cábala cristiana, el esoterismo templario y la gnosis hermética.
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Preparar espiritualmente a Portugal para su destino como “nación elegida” en la instauración del Quinto Imperio, la edad dorada profetizada por Vieira.
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Constituir un núcleo de iniciados —“templarios del espíritu”— que, mediante símbolos, rituales y lenguaje poético, revelaran un nuevo sentido de la existencia.
Portugal como nación iniciática
Pessoa concebía a Portugal no sólo como un país, sino como un símbolo místico. En el marco de la tradición sebastianista, Portugal es el heredero de la Atlántida, y debía liderar el renacer espiritual de Occidente. La orden templaria sería la vanguardia oculta de ese movimiento profético.
Simbolismo templario y estructura
La orden estaba inspirada libremente en las antiguas fraternidades de sabiduría:
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Se alude a grados iniciáticos, aunque nunca se especifican con claridad.
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Se emplean símbolos como la cruz templaria, la rosa mística, la estrella flamígera, el ojo del corazón, y referencias a la piedra filosofal.
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La poesía, en especial la de sus heterónimos más “místicos” (Caeiro, Reis, Mora), se presenta como un vehículo ritual de revelación.
Pessoa parece haberse reservado el papel de visionario profético, no de organizador práctico. Quien lea sus textos con claves esotéricas, descubrirá una cosmogonía simbólica y oculta, cuidadosamente cifrada.
Influencias doctrinales
El proyecto de la Orden está nutrido de múltiples fuentes:
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La mística cristiana (Eckhart, Boehme, San Juan de la Cruz)
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La astrología tradicional y la idea de las influencias celestes
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El rosacrucismo del siglo XVII, con sus manifiestos cifrados
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La teosofía moderna y la noción de una evolución espiritual de la humanidad
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La masonería simbólica, aunque Pessoa fue muy crítico con su degeneración operativa
¿Por qué no llegó a fundarse?
Existen varias razones plausibles:
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Pessoa era un visionario solitario, más poeta que organizador.
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La orden debía ser espiritual y secreta, no pública ni institucional.
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Su salud mental y su progresiva melancolía oscurecieron sus últimos años.
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Quizá la Orden, como él mismo sugiere en algunos fragmentos, debía permanecer invisible, revelándose solo a los verdaderos iniciados.
Conclusión
La Ordem dos Templários Espirituais de Fernando Pessoa es una de las manifestaciones más profundas de su pensamiento oculto. No es un simple juego literario, sino un proyecto místico real, cuya forma fue poética y cuya realización permaneció en el plano invisible. Pessoa se consideraba un iniciado sin templo, y su obra es el gran templo oculto donde aún resuena la voz del espíritu.
Como escribió en uno de sus fragmentos:
“A verdade está além da realidade. O mundo é um símbolo. A missão é decifrá-lo.”
📚 Para saber más:
-
Teresa Rita Lopes, Fernando Pessoa e os Factos Ocultos
-
Yvette Centeno, A Dimensão Esotérica de Fernando Pessoa
-
Jorge Uribe, Fernando Pessoa y la Tradición Iniciática
-
Paulo Cardoso, Pessoa e a Astrologia
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